2 CORINTIOS 4: 3-4

Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden, para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento, a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.




sábado, 12 de septiembre de 2009

Cardenal Cañizares: Es recomendable comulgar en la boca y de rodillas



Cardenal Cañizares:

"Es recomendable comulgar
en la boca y de rodillas"


REDACCIÓN CENTRAL, 27 Jul. 11 / 12:04 am (ACI/EWTN Noticias)

En entrevista concedida a ACI Prensa, el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, Cardenal Antonio Cañizares Llovera, señaló que es recomendable que los católicos comulguen en la boca y de rodillas.

Así lo indicó el Purpurado español que sirve en la Santa Sede como máximo responsable, después del Papa, de la liturgia y los sacramentos en la Iglesia Católica, al ser consultado sobre si es recomendable que los fieles comulguen o no en la mano.

La respuesta del Cardenal fue breve y sencilla: "es recomendable que los fieles comulguen en la boca y de rodillas".

Asimismo, al responder a la pregunta de ACI Prensa sobre la costumbre promovida por el Papa Benedicto XVI de hacer que los fieles que reciben la Eucaristía de él lo hagan en la boca y de rodillas, el Cardenal Cañizares dijo que eso se debe "al sentido que debe tener la comunión, que es de adoración, de reconocimiento de Dios".

"Es sencillamente saber que estamos delante de Dios mismo y que Él vino a nosotros y que nosotros no lo merecemos", afirmó.

El Purpurado dijo también que comulgar de esta forma "es la señal de adoración que es necesario recuperar. Yo creo que es necesario para toda la Iglesia que la comunión se haga de rodillas".

"De hecho –añadió– si se comulga de pie, hay que hacer genuflexión, o hacer una inclinación profunda, cosa que no se hace".

El Prefecto vaticano dijo además que "si trivializamos la comunión, trivializamos todo, y no podemos perder un momento tan importante como es comulgar, como es reconocer la presencia real de Cristo allí presente, del Dios que es amor de los amores como cantamos en una canción española".

Al ser consultado por ACI Prensa sobre los abusos litúrgicos en que incurren algunos actualmente, el Cardenal dijo que es necesario "corregirlos, sobre todo mediante una buena formación: formación de los seminaristas, formación de los sacerdotes, formación de los catequistas, formación de todos los fieles cristianos".

Esta formación, explicó, debe hacer que "se celebre bien, para que se celebre conforme a las exigencias y dignidad de la celebración, conforme a las normas de la Iglesia, que es la única manera que tenemos de celebrar auténticamente la Eucaristía".

Finalmente el Cardenal Cañizares dijo a ACI Prensa que en esta tarea de formación para celebrar bien la liturgia y corregir los abusos, "los obispos tenemos una responsabilidad muy particular, y no podemos dejarla de cumplir, porque todo lo que hagamos en que la Eucaristía se celebre bien será hacer que en la Eucaristía se participe bien".


Fuente: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=34214



Lujan: origen indudable de la bandera Argentina - padre Gabino Tabossi



Luján: Origen indudable de la bandera Argentina

padre Gabino Tabossi


Mucho se ha dicho sobre el origen de los colores de la bandera Argentina. Se dice que su creador, General Manuel Belgrano, se Inspiró en los colores del cielo para Imprimir el azul/celeste y blanco que la caracteriza. Sin embargo, otra es la verdad: los colores de la bandera Argentina fueron tomados de los colores de la Virgen María, de Lujan. Lo confirman muchos testimonios escritos, como por ejemplo los textos del historiador Aníbal Rottjer: "El sargento mayor Carlos Belgrano, que desde 1812 era comandante y presidente de su Cabildo, dijo: "Mi hermano tomó los colores de la bandera del manto de la Inmaculada de quien era ferviente devoto". Y en este sentido se han pronunciado también sus coetáneos, según afamados historiadores". El mismo autor dice: "Después de implorar el auxilio de la Virgen, y usan de reconocimiento los colores de su imagen, por medio de dos cintas anudadas al cuello, una azul y otra blanca, y las llaman de la medida de la Virgen, porque cada una de ella media 40 cm ., que era la altura de la imagen de Lujan". O también "al fundarse el Consulado en 1794, quiso Manuel Belgrano que su patrona fuera la Concepción y que, por esta causa, la bandera de dicha institución constaba de los colores azul y blanco. Belgrano en 1812 para el pabellón nacional ¿escogería los colores azul y blanco por otras razones distintas de las dichas en 1794?". El Padre Jorge Salvaire* no conocía estos detalles y sin embargo afirma que "con razón cuentan, no pocos ancianos, que al dar Belgrano a la gloriosa bandera de su Patria los colores blanco y azul había querido, cediendo a los impulsos de su piedad, obsequiar a la Pura y Limpia Concepción de María (como) ardiente devoto".

Manuel Belgrano, que había concurrido a Lujan en 1812 con su ejército a visitar a María y rezar el Rosario con los soldados, ofrece a la Virgen en 1813 dos banderas tomadas al enemigo en la batalla de Salta. El 27… (se lee) en la sesión del Cabildo de Lujan el siguiente oficio: "Remito a Usía dos banderas de división, que el … de febrero se arrancaron de las manos de los enemigos, a fin de que se sirva presentarlas a los Señora, a nombre del Ejército de mi mando, en el Templo de ésa, para que se haga notorio el reconocimiento que mis hermanos de armas y yo estamos a los beneficios que el Todopoderoso nos ha dispensado por ella y exciten con su vista la devoción de los fieles para que siga concediéndonos sus gracias. Dios guarde años. Jujuy, 3 de mayo de 1813. Manuel Belgrano. Al Sr. Presidente, Justicia y Regimiento del Muy … la Villa de Lujan". Cumplidos todos los trámites oficiales y notificaciones debidas, las banderas fueron colocadas ante la Santísima Virgen de Lujan el sábado 1 de julio de 1813.

Luego de conocer estos hechos históricos que nos revelan que la bandera Argentina procede del Manto de la Madre de Dios, debemos comprender que Dios no se aparta de la historia. Somos los hombres los que nos apartamos de Dios, pese a Su insistencia en ayudarnos. En la intercesión de Su amorosa Madre.

LA BATALLA DE PERDRIEL Y LOS COLORES DE NUESTRA BANDERA
(Catecismo Podestá-Rosón, tomo I. Edición de 2005)

El 24 de junio de 1806, en horas de la noche, liego a la tranquila ciudad de Santa María de los Buenos Aires la noticia del desembarco inglés en las inmediaciones de Quilmes. El ejército protestante, poco más de 1.500 hombres bien pertrechados y entrenados, avanzó sin hallar mayor resistencia y tomó Buenos Aires. El Virrey Sobre Monte se refugió en Córdoba y no había ejército ni hombres preparados para resistir a las tropas inglesas.

Unos días más tarde, por dos vías diferentes, comenzaría a gestarse la Reconquista. Por un lado, el capitán de navío Don Santiago de Liniers, futuro liberador de la ciudad y de su puerto, hizo voto a la Virgen del Rosario de recuperar para Ella la ciudad y la libertad para su culto. Por otro, Don Juan Martín de Pueyrredón, reunió unos trescientos criollos modestamente armados, todos voluntarios. Será ésta la primera tropa totalmente argentina.

A ellos se unió luego el regimiento de Blandengues, con su comandante de frontera, el Tte. Cnel. D. Antonio de Olavarría. Olavarría aportó algunos pertrechos para el novel ejército; pero no uniformes ni estandarte. Estacionados como estaban en la Villa de Lujan y confiados al amparo de la Inmaculada que allí se venera, recibieron como estandarte el de la Purísima Concepción, que les ofreció el Cabildo de la Villa, al que conducirían a la batalla como bandera.

Más difícil era conseguir uniforme para toda su tropa. Sin embargo, era piadosa costumbre que los peregrinos de Lujan se llevaran como recuerdo "las medidas de la Virgen", -en esa época no había ni medallitas ni estampas- un par de cintas -una celeste como el manto de la Señora; blanca como su vestido, la otra- del largo de la imagen. Estas cintas tomó Pueyrredón y, debidamente bendecidas por el párroco, P. Vicente M. Carballo, fueron solemnemente impuestas a sus hombres a modo de distintivo. Así se transformaron en e! primer uniforme patrio y fue el origen de las escarapelas que repartieron French y Berutti en Mayo de 1810 y, luego, de la bandera creada por Belgrano.

Animados de fervor patriótico y de amor a la Madre de Dios -de quien tenían por enemigos a los anglicanos protestantes-los hombres de Pueyrredón, después de escuchar la Santa Misa en Lujan y comulgar, cruzaron armas con las tropas de Beresford en la chacra de Perdriel, en la madrugada del 1° de agosto de 1806. Los primeros, mal armados y sin entrenamiento, marchaban, con su escarapela blanca y celeste, "las medidas de la Virgen", de a pie. Los ingleses, soldados profesionales que los triplicaban en número, con armamento suficiente, lo hacían de a caballo. El resultado era seguro: los criollos fueron derrotados y desbandados en poco tiempo. Pero la batalla no fue inútil, ya que fogueó el temple de los patriotas y encendió la chispa de la resistencia.

Once días más tarde, el 12 de agosto, Buenos Aires respiraría libremente otra vez, y el Santísimo Sacramento y la imagen de Nuestra Sra. de! Rosario y "las medidas de la Virgen" podían salir nuevamente a recorrer las calles de la ciudad. Había entrado en ella D. Santiago de Liniers y las armas anglicanas habían claudicado.


*Padre Jorge Salvaire: http://www.basilicadelujan.org.ar/pages/padresalvaire.htm


Catogélicos

"Cuando hayamos aniquilado la Misa, habremos aniquilado el Papado en su totalidad. Porque es sobre la Misa, como sobre una Roca que el Papado se apoya con sus monasterios, sus obispados, sus colegios, sus altares, sus ministros y sus doctrinas. Todos estos caerán cuando su sacrílega y abominable Misa haya sido reducida a polvo".

Martín Lutero

“Católico”

católico

Protestante

protestante

“Católico”

católico

Protestante

protestante

“Católico”

católico

Protestante

protestante

“Católico”

católico

Protestante

protestante

“Católico”

católico

Protestante

protestante

Nos dice un amigo que no se diga que los católicos aquí no eran bien católicos…

Fíjense que no les falta ni el sacerdote…

predicador

…ni las religiosas…

religiosas

Y ni el Señor... pero en vasos?!

eucaristía

Las fotografías “católicas” son del Congreso Nacional de la Renovación Carismática de Brasil (2.010).
Puede ver más imágenes
AQUÍ.
Gracias a Ana María Nunes del blog Sucessão.



Fuente del blog: Santa Iglesia Militante

Primera Misa en Argentina - Antonio Caponnetto

PRIMERA MISA EN LA ARGENTINA

Por Antonio Caponnetto

El 1º de abril de 1520, en el actual Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz, se celebró por vez primera la Santa Misa en lo que es hoy nuestro territorio nacional. Era entonces ese día la festividad del Domingo de Ramos. La orden fue impartida por Hernando de Magallanes, y el celebrante fue el sacerdote español, nacido en Écija, Pedro de Valderrama.

Si creemos que la historia es Cristocéntrica, si afirmamos que Jesucristo es el eje de la Historia y que los siglos giran a su alrededor, éste es el día en que nació la patria argentina, sin mengua de recordar siempre el 12 de octubre de 1492, cuando se inauguró la gran nación hispanoamericana.

Al cumplirse los 450 años de este trascendental suceso, Paulo VI remitió una Carta, fechada el 19 de marzo de 1970, pidiendo que “la Eucaristía, perpetuación de la Ultima Cena y del Sacrificio del Gólgota, sea siempre y efectivamente, en la trayectoria de la comunidad católica nacional y en la vida de cada uno de sus miembros, un sacramento de piedad que los mantenga fuertes y fieles”.

En este año 2010 se cumplen 490 años de esta primera misa, y mucho nos tememos que la fecha pase casi inadvertida, en medio de un sinfín de festejos mendaces sobre el Bicentenario. Entre esas mendacidades, precisamente, es la mayor sostener que el 25 de Mayo de 1810 nació la patria, segregando esta fecha y su sentido de toda raíz hispánica y católica. Tal la postura oficial del ideologismo liberal y marxista.

La patria argentina, hablando con propiedad, tiene esta olvidada y traicionada fecha de origen: 1º de abril de 1520. El día en que por primera vez –en un sitio patagónico al que todavía rememora un austero monumento- Cristo Jesús se quedó con nosotros perpetuamente en el Sacramento Eucarístico.

A 490 años, la Divina Providencia ha querido que la efemérides coincida con el Jueves Santo, solemnidad en la que celebramos justamente la institución de la Eucaristía. Inmejorable ocasión para agregarle al festejo sacro el recuerdo de la carta fundacional de La Argentina.

Todo es sur en la tierra, en el mar o en el aire,

sureñas las jarillas recamadas de abril.

Meridional el molle, las retamas, los cactus,

inaugurando verdes, alineando un pretil.

Todo es sur sobre el agua, la garza fugitiva,

fundando con sus alas los senderos costeños,

mediodía el paisaje soleado de gramíneas,

son australes los talas, sufridos y abajeños.

Loberías insomnes ven llegar cinco naves,

las mira el horizonte de San Julián al este.

Las ven los cormoranes con milenios de asombros,

y el patagón bravío que impacienta su hueste.

La Nao Capitana lleva anclada en su casco,

Trinidad, la palabra que le marca un destino.

El mesana flamea la bandera de España,

pero el mástil de proa roza un cielo argentino.

Bajan aquellos hombres como bajan los héroes,

marcialmente callados, superando pesares,

la cicatriz por yelmo cuando hasta al alma hiere,

la dura peripecia clavada en los ijares.

Magallanes, quien sabe, si cayó de rodillas,

si añoró de Sanlúcar sus pueblerinos tramos,

junto a un mapa sin bordes, su antañón calendario

le marcaba la fiesta del Domingo de Ramos.

Como aquel que bendice los soplos de los vientos

su mano trazó el sitio del mayor abordaje:

el altar con la cruz, el sagrario, los cirios,

un retablo de océano hecho espuma y celaje.

Imagino los brazos que acarrearon las piedras,

mojados de salitre, heridos del casquijo,

para dar forma al ara de gólgota y de mesa

erigiendo en la cima, austero, el Crucifijo.

Pedro de Valderrama se reviste despacio,

se recuerda muy joven en su hogar ecijano,

el cíngulo lo aferra, la casulla lo inviste,

se inclina con un beso sobre el misal romano.

Contritos, genuflexos, marinos o soldados,

veteranos de hazañas contra el moro tenaz,

contemplan la hostia blanca, la contempla el nativo,

forman arcos de olivo sobre esa patria agraz.

Algo que ahora llamamos lágrimas de alegría

y que entonces fue estío mojando las acacias,

retumbó en el desierto ante el primer Pan Vivo,

al Ite missa est decían: Deo gratias.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Fuerte exhortación del Papa a los teólogos

Fuerte exhortación del Papa a los teólogos

Fuente: La Buhardilla de Jeronimo

Benedicto XVI

*

En la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, que fue nuevamente abierta al culto hace algunos meses como informábamos en la Buhardilla, el Papa Benedicto XVI presidió hoy la Santa Misa, en la que participaron los miembros de la Comisión Teológica Internacional, reunida en estos días en el Vaticano para su sesión plenaria anual. El Papa, dando una vez más el ejemplo, celebró la Santa Misa ad orientem y pronunció una fuerte homilía en la que hizo una severa crítica a la teología contemporánea.


El verdadero teólogo es aquel que no cede a la tentación de medir con la propia inteligencia el misterio de Dios, con frecuencia vaciando de sentido la figura de Cristo. Es aquel que tiene conciencia de la propia limitación, como lo fueron muchos grandes santos reconocidos también como grandes maestros.


En cambio, el prototipo del teólogo presuntuoso que estudia la Sagrada Escritura como ciertos científicos estudian la naturaleza – es decir, con una frialdad académica que pretende hacer una vivisección del misterio e ignora la chispa de lo trascendente – el Papa lo reconoce en los antiguos escribas que indican a los Magos el camino hacia Belén. Para ellos, se trata de un conocimiento académico que no afecta su vida. Ellos, observa, son “grandes especialistas que pueden decir dónde nace el Mesías” pero “no se sienten invitados a ir”. La noticia “no toca su vida, permanecen fuera. Pueden dar información pero la información no se convierte en formación para la propia vida”.


“Y así, también en nuestro tiempo, en los últimos doscientos años, observamos lo mismo. Hay grandes eruditos, grandes especialistas, grandes teólogos, maestros de la fe que nos han enseñado muchas cosas. Han penetrado en los detalles de la Sagrada Escritura, de la historia de la salvación. Pero no han podido ver el misterio mismo, el verdadero núcleo: que éste Jesús era realmente el Hijo de Dios, que el Dios trinitario entra en nuestra historia, en un determinado momento histórico, siendo un hombre como nosotros”. “Se podrían enumerar con facilidad los grandes nombres de la historia de la teología de estos doscientos años, de los cuales hemos aprendido mucho pero que no han abierto los ojos de su corazón al misterio”.


El Papa se refirió a “un modo de usar la razón que es autónomo, que se pone por encima de Dios, en toda la gama de las ciencias, comenzando por las ciencias naturales donde un método que se adopta para la investigación de la materia debe ser universalizado: en este método, Dios no entra, por lo tanto, Dios no existe”. Y fue aún más severo con cierta teología que mortifica lo divino y de la cual explica sus defectos con una eficaz imagen:


“Se pesca en las aguas de la Sagrada Escritura con una red que permite sólo una cierta medida para los peces, y todo aquello que está más allá de esta medida no entra en la red y, por lo tanto, no puede existir. Y así, el gran misterio de Jesús, del Hijo hecho hombre, se reduce a un Jesús histórico, realmente una figura trágica, un fantasma sin carne y hueso, uno que ha quedado en el sepulcro, está corrompido, es realmente un muerto”. Se trata de un método que “sabe pescar ciertos peces pero excluye el gran misterio porque el hombre se hace él mismo la medida y tiene esta soberbia que, al mismo tiempo, es una gran necedad, que absolutiza ciertos métodos que no son aptos para las grandes realidades (…) Es la especialización que ve todo los detalles pero ya no ve la totalidad”.


La historia de la Iglesia, sin embargo, está repleta de hombres y mujeres capaces de reconocer su pequeñez frente a la grandeza de Dios, capaces de humildad y de llegar a la verdad. Y de esta larga lista, Benedicto XVI cita algunos nombres:


“Desde Bernadette Soubirous a Santa Teresa de Lisieux, con una nueva lectura de la Sagrada Escritura, no científica, sino entrando en el corazón de la Sagrada Escritura, hasta los santos y beatos de nuestro tiempo: sor Bakhita, madre Teresa, Damián de Veuster. Podríamos nombrar muchos”. “A los pies de la cruz está la Virgen, la humilde esclava de Dios y la gran mujer iluminada por Dios. Y está también Juan, pescador del lago de Galilea, aquel Juan que la Iglesia llamará justamente ‘el teólogo’. Porque realmente ha sabido ver el misterio de Dios y anunciarlo. Con ojos de águila entró en la luz inaccesible del misterio divino. Así también, después de su resurrección, el Señor, en el camino hacia Damasco, toca el corazón de Saulo, que es uno de los sabios que no ven. Él mismo, en la primera carta a Timoteo, se llama ignorante en aquel tiempo a pesar de su ciencia. Pero el Resucitado lo toca. Se queda ciego y se convierte realmente en alguien que ve. Comienza a ver. El gran sabio se hace pequeño y precisamente así ve la necedad de Dios que es sabiduría, sabiduría más grande que todas las sabidurías humanas”.


“En este momento – afirmó el Papa - queremos rezar para que el Señor nos dé esta humildad verdadera. Que nos conceda la gracia de ser pequeños para poder ser realmente sabios. Que nos ilumine y nos haga ver su misterio del gozo del Espíritu Santo, que nos ayude a ser verdaderos teólogos que pueden anunciar su misterio porque hemos sido tocados en la profundidad de nuestro corazón y de nuestra existencia”.

***

jueves, 10 de septiembre de 2009

El Motu Proprio "Summorum Pontifricum" y la pacificación de la Iglesia

El Motu Proprio
"Summorum Pontifricum"
y la pacificación de la Iglesia.
Por Gabriel Díaz Patri, Pbro.

Fuente: http://www.ecclesiadei-commissio.org/menu.php?m=3


El Motu Proprio “Summorum Pontificum”
y la pacificación de la Iglesia
P. Gabriel Díaz Patri

Cuando, habiendo cumplido ya 70 años, Joseph Ratzinger decidió publicar sus memorias, pensaba probablemente que la parte más interesante de su vida había ya pasado. No imaginaba el entonces cardenal que -por el contrario- ésta estaba aún por comenzar.

En el capítulo XII de estas memorias tituladas "Mi vida"… confiesa, hablando de la época de la reforma litúrgica: "yo estaba perplejo ante la prohibición del Misal antiguo porque jamás había ocurrido una cosa semejante en la historia de la liturgia … La imposición de la prohibición de este Misal que se había desarrollado a lo largo de los siglos desde el tiempo de los sacramentarios de la Iglesia antigua comportó una ruptura en la historia de la liturgia cuyas consecuencias sólo podían ser trágicas".

Ya en 1976, siendo aún simple sacerdote, había escrito respondiendo a un ilustre colega -importante catedrático de Derecho Romano que le había pedido su parecer- : "según mi opinión, se debería obtener la autorización, para todos los sacerdotes, de poder utilizar también en el futuro, el antiguo Misal; para cuyo uso debería permitirse "la más vasta libertad". En este mismo sentido se pronunció otras veces en los años subsiguientes.

La idea que lo ha conducido a sostener esta posición es que un Rito que fue camino seguro de santidad durante siglos no puede convertirse repentinamente en una amenaza, si la fe que en él se expresa sigue siendo considerada válida.

Y esto es así porque la legitimidad de la liturgia de la Iglesia reside en la continuidad de su tradición. No se trata aquí de una cuestión de mero apego afectivo o de "sensibilidad"; es así en razón de la unidad, identidad y comunión de la Iglesia… más allá del tiempo. Podríamos aplicar aquí la bella expresión de Martin Mosebach, el escritor alemán del momento: "La tradición es la inclusión de los muertos en la vida presente" o, en palabras de Chesterton: "la tradición es la democracia de los muertos” es decir, una forma de “democracia” en la cual también los muertos pueden participar.

Es en esta misma perspectiva que el Motu Proprio Summorum Pontificum nos muestra que la liturgia de la Iglesia debe tener una continuidad intrínseca, pues lo que antes Ella creía que era la Misa no puede no creerlo ahora. Por eso, para ser legítimos ambos Misales, deben ser ambos "expresiones validas de la misma fe católica" y de ningún modo podrían presentarse como reflejo de visiones opuestas -y menos aún inconciliables- acerca de la acción litúrgica. Quien confíe en la rectitud doctrinal y el valor litúrgico del Misal utilizado ordinariamente, no debería temer su coexistencia con el uso recibido a través de los siglos, al contrario, debería confiar en que esta coexistencia pondrá de relieve una identidad doctrinal. Es precisamente esta defensa de la continuidad la que nos permite comprender que el Papa insista en que la duplicidad de Misales se debe explicar como “dos expresiones de la Lex orandi” que no pueden sino corresponder a una única “Lex Credendi”, dentro del marco disciplinar del rito romano ; procurando así evitar que se produzca el fenómeno inaudito de la existencia de dos “ritos” de la Misa fundados en principios distintos.

Pero la legitimidad de un rito litúrgico no sólo está dada por su identificación con los principios que rigieron la liturgia en el pasado sino también con los que rigen los demás ritos que existen actualmente (de los cuales algunos son, por otra parte, utilizados también por otras denominaciones cristianas de larga tradición). Es necesario, por lo tanto, que en la liturgia de la Iglesia haya además de una unidad "diacrónica", una unidad "sincrónica". De ahí un nuevo argumento para afirmar la permanente validez del Rito Romano tradicional y la necesidad de que la forma celebrada ordinariamente no difiera esencialmente de él: si la actual liturgia no pudiera identificarse substancialmente con las otras formas litúrgicas de la Iglesia tal como son celebradas en las demás tradiciones legítimas -pasadas o contemporáneas- perdería asimismo la legitimidad de su fundamento. Visto desde esta perspectiva y haciendo un análisis mas fino podríamos decir que el Motu Proprio es paradójicamente más una defensa del nuevo rito que del antiguo.

Una tercera dinmensión, el futuro, entra también en juego. Para ser breves me limito a recordar el dicho de la tribu Massai: “Nosotros no heredamos la Tierra de nuestros padres, sino que la pedimos prestada a nuestros hijos”.

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Se insiste en que el motivo que llevó al Papa a publicar este Motu Proprio fue la existencia del conflicto -que lleva ya décadas- con los grupos llamados "tradicionalistas". Éste es sin duda un elemento que tiene gran importancia y que fue ocasión de la publicación del documento; pero si analizamos detenidamente el pensamiento de Joseph Ratzinger la justificación más profunda del Motu Proprio no se halla en el factor "político" sino en el teológico: aunque no existiera ningún "tradicionalista" habría, con todo, una situación anómala que requeriría un restablecimiento del orden.

Siempre ha habido y siempre habrá personas que se adaptan difícilmente a los cambios, sobre todo en estos tiempos de mutaciones aceleradas. Lo paradójico de la situación actual es que muchas veces quienes muestran inquietud ante lo que consideran una amenaza para la "reforma litúrgica" hacen ahora de "conservadores": aferrándose estrechamente al "statu quo" y manifestando su dificultad de adaptarse a la novedad de este redescubrimiento propuesto por el Papa reproducen las actitudes que se solían asociar habitualmente a los "tradicionalistas". Por otra parte, hasta ahora las personas que adherían a la llamada "Misa en latín" eran identificadas como la gente del "contra", pero está ocurriendo que los que -siguiendo el llamado de Benedicto XVI- se acercan a la liturgia heredada de nuestros mayores, son, cada vez con mayor frecuencia, gentes del "por" y los del "contra" son los que no quieren ni oír hablar de todo esto aferrándose a su "tradición" de cuarenta años.

Mas aún, con creciente frecuencia, quienes actualmente acogen con entusiasmo las "innovadoras" enseñanzas y disposiciones del Papa -disposiciones que expresan una renovada valoración de la tradición litúrgica- no sólo no obedecen a aquella mentalidad negativa, sino que, por el contrario, manifiestan la alegría del descubrimiento de algo nuevo: el redescubrimiento de la herencia, el reencontrase con sus raíces, en resumen: el tomar conciencia de pertenecer a una familia. Obviamente no a lo que se entiende en nuestra sociedad actual por "familia": mera asociación de individuos que comparten un período determinado de sus vidas con sólo el débil vínculo de un pacto fácilmente revocable, sin un pasado que los una y con un futuro impredecible; sino a una verdadera y profunda comunión de vida, con antepasados comunes, con una memoria común que los enorgullece: una familia que está formada no sólo por hermanos sino que tiene también padres y ancestros.

En resumen: El Papa Benedicto XVI con la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum ha buscado, esto es claro, la pacificación de la Iglesia. Pero no se trata en el fondo únicamente de la paz con grupos más o menos rebeldes, ni la pacificación entre corrientes opuestas que crean tensión en el seno de la institución, sino la pacificación de la Iglesia consigo misma, con su memoria común, para que redescubra su identidad litúrgica en la riqueza de la continuidad.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

EL PAPA BENEDICTO XVI RETORNA MEDIO MILLON DE ANGLICANOS A LA SANTA IGLESIA CATOLICA


Gracias PAPA!


EL PAPA BENEDICTO XVI RETORNA MEDIO MILLON DE ANGLICANOS A LA SANTA IGLESIA CATOLICA


BENEDICTO XVI: EL PAPA NECESARIO PARA RESTAURAR LA UNIDAD DE LA FE.
20/10/09. Un nuevo éxito para el pontificado del Papa Benedicto XVI, va a ser el acuerdo con la Comunión Tradicional Anglicana, cuyo antecedente es la aprobación por parte de la Santa Sede de una prelatura personal para el Uso Anglicano de la Liturgia, que ha sido anunciada hoy, 20 de octubre.







MEDIO MILLÓN DE ANGLICANOS RETORNA A LA IGLESIA CATÓLICA.
20/10/09. La Santa sede ha acogido favorablemente la petición de numerosos anglicanos de regresar a la Iglesia Católica. Roma publicará en breve una constitución apostólica, que dará a los fieles provinientes del anglicanismo, una estructura canónica en forma de prelatura personal. Según ha anuciado hoy, 20 de octubre, el Cardenal Levada, Prefecto para la Doctrina de la Fe.